Cuando
sufrimos un accidente que afecta la cara o las cercanías de la boca,
debemos: Revisar el estado de
las piezas dentales mirándonos ante un espejo, o tocando suavemente con un dedo
la corona dental (parte visible del diente).Buscar los
dientes o fragmentos de éstos que nos faltan, para trasladarlos a la consulta
del dentista.Guardaremos el diente o fragmento en un
recipiente limpio, con alguno de los siguientes líquidos: sangre, saliva,
suero, o leche; siendo de mejor calidad para el transporte la sangre que se
desprende como consecuencia de la pérdida dental.Si no
dispone de recipientes para el traslado, el paciente es adulto, y además se
encuentra consciente, puede guardarlo debajo de la lengua.Acudir a un dentista de manera urgente. Las posibilidades de
reimplantar con éxito un diente que ha sido perdido por un accidente aumentan
en gran medida cuanto antes se realice el reimplante (lo ideal seria realizarlo
antes de la primera media hora tras el traumatismo).