La vitamina D presenta el problema añadido de que es soluble a las grasas y, por ese motivo, el exceso de la misma no se elimina a través de la orina. De esa manera se acumula en el organismo lo que significa que, con el paso del tiempo, puede producirse una auténtica sobredosis. Pero, ¿es eso algo realmente grave?Depende mucho de la persona. Pero, quienes sean propensos a tener cálculos renales, serán los primeros en notar los efectos de dicho exceso, ya que la vitamina D tiene el efecto secundario indeseado de contribuir a su formación.El cansancio, las náuseas, los mareos y al debilidad muscular son otros de los efectos de esta peculiar intoxicación. Lo cual es especialmente preocupante en las personas de edad avanzada, ya que muchos ingresos hospitalarios de ancianos que sufren caídas se deben a esta causa.