¿Qué tendrá que ver la inflamación con los infartos? Es la pregunta que muchas personas se harán. Dos conceptos aparentemente inconexos pueden tener bastante que ver.Una de las pruebas que refrendan esta tesis es un reciente descubrimiento divulgado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. En él se ha mostrado cómo un anticuerpo contra la interleucina 1-beta (IL1B), el canakinumab, redujo el número de eventos cardiovasculares en una 15% en aquellos personas que habían tenido un infarto. En concreto, una dosis de 150mg administrada cada tres meses se asoció a 3,86 muertes por cada 100 personas y año por causa cardiovascular, infartos o ictus, frente a una tasa del 4,50 en pacientes que tomaron placebo.