Sin embargo, aunque la intervención pasó a la posteridad como un gran hito, los resultados no fueron los esperados. Washkansky murió a los dieciocho días de una neumonía, y la inmensa mayoría de los intentos siguientes fracasaron, en general debido a problemas por rechazo de los órganos implantados. De hecho, se produjo un parón y durante los 70 apenas se volvió a intentar algo así.
El doctor Román no duda: "El gran salto fue, de nuevo, la ciclosporina". Su introducción permitió que los trasplantes de corazón se retomaran a principios de la década de 1980.
Hoy en día, aproximadamente el 85 % de los pacientes intervenidos sobreviven al primer año.