Desde hace décadas, distintos equipos de investigadores han venido estudiando los efectos que tiene la actividad física en la salud mental. Algunos estudios han mostrado que existe una relación entre la práctica de ejercicio y un menor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas, y que este hábito mejora ciertas funciones cognitivas complejas, como la atención o la memoria a corto plazo.
El hipocampo, que también juega un papel importante en la gestión de la memoria, es una de las estructuras cerebrales donde los efectos son más perceptibles.