Entre los microorganismos detectados está el Bacillus cereus, causante de la endoftalmitis, una infección que afecta a todo el globo ocular, incluido el interior del mismo, provocando enrojecimiento y pérdida de visión progresiva. En los casos más graves causa la ceguera total y obliga a extirpar el ojo. También se ha detectado la presencia de la Pseudomona aeruginosa, una bacteria que produce unas enzimas que causan un daño irreparable en la córnea.