La publicación especializada Ophtalmology acaba de dar a conocer el caso de una paciente australiana de 50 años que sufrió graves problemas de visión por no limpiarse correctamente la sombra de ojos de sus párpados. La mujer acudió al oculista después de un tiempo con la desagradable sensación de que algo se había introducido en sus ojos. Y el especialista descubrió fragmentos de pigmentos oscuros que se habían introducido bajo la conjuntiva, la membrana transparente que cubre la parte posterior de los párpados y el exterior del globo ocular.