Las técnicas de prevención de la transmisión de microorganismos patógenos han colaborado en este siglo al desarrollo de la Medicina, sobre todo en el terreno quirúrgico, en el manejo de los grandes quemados y en la lucha contra las infecciones, especialmente las nosocomiales. El conocimiento y la estandarización de las técnicas básicas de antisepsia y de esterilización, junto a la potente farmacoterapia actual, ha permitido avanzar en el tratamiento de pacientes críticos, aumentando su supervivencia y calidad de vida. A pesar de ello, las infecciones nosocomiales constituyen una de las complicaciones más frecuentes del manejo hospitalario, consumiendo una proporción importante del presupuesto sanitario de cualquier país de nuestro entorno. La prevención primaria de la transmisión de microorganismos patógenos debe ser conocida a nivel general, no sólo por el facultativo de los grandes centros sino por el médico de atención primaria.