Una dieta normal suele contener unos 200 microgramos diarios de esta vitamina, cuando una mujer embarazada necesita por lo menos 400, de ahí la necesidad de ingerir en suplemento ácido fólico hasta, al menos, la duodécima semana de gestación. De hecho, si todas las mujeres en edad fértil consumieran esa cantidad al menos tres meses antes de quedar embarazadas y durante el primer trimestre del embarazo, podrían reducir hasta en un 70 por ciento la probabilidad de que su hijo naciera con espina bífida, según la Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida e Hidrocefalia (FEHBI).