Más allá de la rúbrica, rúbrica de un sólo punto - 1 views
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Luciano Ferrer on 26 Dec 18"La rúbrica presenta oportunidades interesantes para que los estudiantes: La empleen como autoevaluación y coevaluación. La empleen al inicio, durante el proceso y al final del aprendizaje. Se familiaricen con los criterios de evaluación y los objetivos de aprendizaje. Propongan modificaciones en la rúbrica, incluso elaboren descriptores si es necesario. En todos estos casos, se pone el énfasis en la autonomía del estudiante y en la competencia de aprender a aprender, a la que hay que dedicar tiempo y diferentes contextos para que sea desarrollada por el estudiante. Más interesante aún me parecen estas oportunidades para la regulación de los procesos de enseñanza-aprendizaje por parte del docente. Recoger datos e información sobre el progreso de los estudiantes para simplemente anotarlos en una plataforma, hoja de cálculo o cuaderno limita la evaluación a un acto burocrático. Esa información debería servir para tomar decisiones personalizadas sobre cuáles son los siguientes pasos que podría dar el estudiante en su aprendizaje, orientando el diseño de la organización social del aula y de las actividades de aprendizaje. Y, en este análisis y decisiones, hay evidencia de que la participación del alumno es la medida más eficaz para su aprendizaje de todas las que se pueden aplicar (véase el estudio de más de 800 metaanálisis publicado por J. Hattie (2017), un auténtico best-seller en el mundo educativo anglosajón). Una alternativa a la rúbrica: la rúbrica de un solo punto A pesar de todo, la rúbrica no deja de ser un instrumento difícil de construir cuando lo que se pretende definir son los niveles de logro en una competencia concreta. Requiere reelaboración y reajuste, además de una precisión y claridad en el lenguaje no siempre fáciles de conseguir. La rúbrica, además, es un instrumento cerrado. Aplicada de manera sistemática, los alumnos se serán conscientes de los objetivos de aprendizaje desde el inicio