Los niños con parálisis cerebral pueden estar discapacitados en cuanto a su capacidad para succionar, masticar y deglutir. Esto puede llevar a un deterioro en la capacidad de alimentación y, eventualmente, a la desnutrición o a problemas causados por alimentos que ingresan en los pulmones. La hora de comer puede durar mucho y ser angustiante. Cada vez más se utiliza la alimentación por una sonda que se inserta quirúrgicamente en el estómago (gastrostomía) o mediante una sonda que se inserta en la mitad del intestino delgado (yeyunostomía) para suministrar nutrientes a tales niños. Estos procesos pueden ser costosos y emocionalmente difíciles para las familias.