Las nuevas tecnologías no sólo van a incorporarse a la
formación como contenidos a aprender o como destrezas a adquirir.
Serán utilizadas de modo creciente como medio de comunicación
al servicio de la formación, es decir, como entornos a través
de los cuales tendrán lugar procesos de enseñanza/aprendizaje.
Como señala Martinez (1996, pág 111), "en los procesos
de enseñanza/aprendizaje, como prácticamente en la totalidad
de los procesos de comunicación, pueden darse diferentes situaciones
espacio-temporales, tanto en la relación profesor-alumno, como en
relación a los contenidos". Las aulas virtuales, la educación
en línea, a través de redes informáticas, es una forma
emergente de proporcionar conocimientos y habilidades a amplios sectores
de la población. Los sistemas asíncronos de comunicación
mediada por ordenador proporcionarán la flexibilidad temporal necesaria
a las actividades para que puedan acceder a la formación aquellas
personas con dificultades para asistir regularmente a las instituciones
educativas presenciales debido a sus obligaciones laborales, familiares
o personales. La desaparición del espacio físico en estas
nuevas modalidades de formación creará un mercado global en
el que las instituciones educativas tradicionales competirán entre
sí y con nuevas iniciativas formativas públicas y privadas.