Con el desarrollo de los social media e Internet hay una nueva perspectiva de los clientes. El usuario no se limita a comprar, ahora está más informado y además comparte, consulta, busca, compara y difunde sus experiencias con los servicios o productos que adquiere.
Ejemplo de cómo la reflexión y la planificación son básicas. De cómo hacer mapas mentales para saber lo que quieres crear o construir. Antes de ejecutar una acción, hay que reflexionar, sobre todo en tiempos de incertidumbre...
La reputación es un asunto engañoso. Solía ser una medida cualitativa sobre nuestro comportamiento, vital aunque vaga. Ahora se está volviendo cuantitativa. Pronto cada uno de nosotros podríamos tener un puntaje de reputación. Empresas como PeerIndex, Twitalyzer, Talentag y PostRank (de propiedad de Google) ya aplican análisis en línea para establecer la magnitud del "capital social" de un individuo o una empresa.
En ocasiones, el poder de las marcas alcanza una nueva dimensión cuando su impacto sobre los consumidores se convierte en motivo de culto. En ocasiones esta gran devoción los transforma en fanáticos consumidores denominados 'fanboys', que apoyan de forma apasionada, un producto, una compañía o marca.
Nos rodean, nos invitan, nos proponen experiencias, nos regalan los oídos -pocas veces gratis-, nos seducen... ¿nos alienan? Son las marcas. Esos entes que proponen y disponen las tendencias que nos atraen inexorablemente a su terreno, sumergiéndonos en los derroteros del consumo y de su prostituído concepto de felicidad.
¿Has comprado algún regalo navideño después de haberlo visto anunciado en tu red social de cabecera? ¿Se ha convertido Facebook en tu espacio preferido para consultar todas las novedades sobre moda, informática, belleza, literatura o deporte? El último estudio anual presentado por Baynote confirma que no.
Quizás ahora en el mundo del marketing ya no extraña a nadie oir hablar de experiencias, emociones o amor, pero esto no era, ni mucho menos, habitual en 2004, cuando Kevin Roberts escribió el clásico "Lovemarks, el futuro más allá de las marcas".
Está claro que la creciente importancia de Internet ha supuesto un importante cambio en las enquilosadas metodologías. De lo que, desde hace no muchos años, llamamos publicidad offline. Como los soportes de cualquier otro medio utilizado en menor o mayor medida por un gran número de personas, los soportes online viven mayoritariamente de la publicidad y tienen que ofrecer el máximo para atraerla.