Coincido en que en la adolescencia (yo trabajo en 2º ESO) se produce un cambio hacia una motivación extrínseca del aprendizaje, por eso aquello de "hacer deberes".
Por lo tanto planteo el interrogante ¿No deberíamos enfrentarnos a nuestro trabajo planteándonos que conseguiremos fomentar aprendizajes significativos y transferibles en nuestro alumnado utilizando fundamentalmente el arma más potente con la que contamos los docentes, que no es otra que nuestro "propio entusiasmo" por nuestro trabajo?.
Si además le añadimos una pizca de buen humor, unas gotas de empatía y un "chorreón" de TICs, las probabilidades de éxito de nuestra tarea aumentan considerablemente.
¿No? :-)
Prezi es un sitio para crear presentaciones con una lógica bien distinta a la de powerpoint y demás clones. Esta presentación además reflexiona sobre la forma en que nos enfrentamos a las matemáticas