Las causas más frecuentes de un derrame pleural son tumores malignos (especialmente
cáncer de pulmón) e inflamaciones de
los pulmones
bacterianas o tuberculosis. Por
eso el derrame pleural también es un síntoma cardinal importante para enfermedades
que no afectan directamente a los pulmones, como las enfermedades
cancerosas de otros órganos, las enfermedades
cardiacas, renales, hepáticas y reumáticas. Una inflamación de la pleura húmeda (pleuritis exsudatia) siempre va
acompañada de un derrame pleural.