La información que recibimos a diario nos sobrepasa y resulta mayor que la podemos procesar. Como consecuencia: Tenemos más problemas de atención, menos capacidad a la hora de tomar decisiones. Y se traduce en una baja productividad y rendimiento en el área profesional.
R. Balaguer nos dice que esta sobreabundancia informativa hace que pocos elementos se fijen en nuestra memoria, muchas cosas pasan por nosotros sin ser vistas.
Podemos dejar de ser seres distraídos e infoxicados para convertirnos en seres infoprivilegiado
Sin embargo, ¡Podemos darle la vuelta! Podemos aprovechar de forma positiva la infoxicación. Si nos fijamos objetivos concretos y estamos atentos, esta sobrecarga informativa puede ser el caldo de cultivo ideal para la generación de serendipias.