La sobrecarga informativa en la red, (y a nivel general), se da porque las personas no sabes qué preguntar, ni siquiera a una persona mucho menos a un computador. Esta sobre carga de información a permitido que vivamos en un mundo asfixiante, donde el exceso de información no permite diferenciar lo relevante, importante y necesario. En la actualidad se hace tan difícil vivir sin información, como como vivir desbordados por la sobreabundancia informativa, y de esta manera se vuelva nociva en lugar de provechosa. Este acontecimiento no es nuevo, ni extraño, el gran teólogo Calvino, siglo XV se quejaba sobre la inmensa cantidad de información establecida en los libros, se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempos de leer los títulos. La exposición a un exceso de información disminuye la capacidad para resolver problemas y causa síntomas como pérdida de atención y de memoria, y estados de ansiedad. A esto se denomina fatiga informativa. Sin embargo el problema no es tecnológico ni cultural, sino una conjugación de ambos, pues el problema de la angustia de la información, esa angustia de que tengo más información de la que puedo manejar, y por tanto yo no tengo tiempo para absorber toda esta información, es un problema que no sólo es tecnológico.
El concepto de
productividad personal está muy ligado con algo que creo que va a ser muy importante, que es la idea de que
tenemos un exceso de información y que para poder ser más productivos vamos a tener que poder manejar este
exceso de información que un momento de especial locura mental denominé infoxicación.
Mi nombre es Jonathan Castro, tengo 23 años, soy profesor de Matemática y Física. Actualmente estoy cursando el último año de la carrera, y a la par estoy haciendo un seminario de grado para el Título de Teólogo.
En la actualidad se hace tan difícil vivir sin información, como como vivir desbordados por la sobreabundancia informativa, y de esta manera se vuelva nociva en lugar de provechosa.
Este acontecimiento no es nuevo, ni extraño, el gran teólogo Calvino, siglo XV se quejaba sobre la inmensa cantidad de información establecida en los libros, se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempos de leer los títulos.
La exposición a un exceso de información disminuye la capacidad para resolver problemas y causa síntomas como pérdida de atención y de memoria, y estados de ansiedad. A esto se denomina fatiga informativa.
Sin embargo el problema no es tecnológico ni cultural, sino una conjugación de ambos, pues el problema de la angustia de la información, esa angustia de que tengo más información de la que puedo manejar, y por tanto yo no tengo tiempo para absorber toda esta información, es un problema que no sólo es tecnológico.