Además existen otras razones que explican el olvido al
que han sido relegadas las emociones positivas en la
ciencia. Las emociones positivas, por ejemplo, son más
difíciles de estudiar, debido a que comparativamente
son menos en cantidad que las negativas y a que son
más difíciles de distinguir. Así, considerando las taxono-
mías científicas de las emociones básicas podemos iden-
tificar 3 ó 4 emociones negativas por cada emoción
positiva. Ese balance negativo queda muy bien reflejado
en el propio lenguaje cotidiano, de forma que cualquier
persona tendrá siempre mayor dificultad para nombrar
emociones positivas