La armonía a la hora de marchar puede ser alterada por anormalidades de origen congénito, traumático (acortamiento de algún miembro inferior, limitación de la amplitud articular, entre otros) o por déficits neurológicos tanto de origen central como periférico. En vista del creciente índice de estos casos, el fisioterapeuta tiene como finalidad evaluar y realizar un plan fisioterapéutico que mejore tanto la causa de estas marchas patológicas como la ejecución de la manera más natural y fisiológica posible de la marcha.