"Un informe de Human Right Watch ha estudiado el comportamiento de 149 aplicaciones que han sido utilizadas en 49 países, con el consentimiento de los gobiernos, en relaci´n a la infancia. La mayor parte de estas soluciones de software han vigilado a millones de menores, recopilando datos personales de todo tipo sin su consentimiento o el de sus familiares."
"Ahora que al parecer el mundo despierta de ciertos señuelos tecnológicos educativos; ahora que recuperamos, siquiera poco a poco, el buen sentido sobre el lugar que en los institutos han de tener los móviles; es ahora precisamente cuando más alto se va a oír a novólatras y capitanes de la industria en su histérico contrataque. Para que nadie se despiste, y a modo de ejemplo, comentaré una reciente aportación en esta línea, Vamos a dejarnos de cuentos, que firma Antonio Solano Cazorla en Cuadernos de pedagogía (diciembre/23). La pieza es un compendio de las falacias y equívocos que han arreciado y arreciarán en los próximos meses, destilado en seis puntos principales que paso a refutar por separado."
"Escuché la anécdota en el marco de una investigación sobre cómo nos percibimos los humanos en relación a la naturaleza.
"Píntate", le habían dicho a una niña de cinco años que vive en una ciudad, de piel clara, con habitación propia.
Y se dibujó en el centro de la hoja. Dos ojos, boca, cuerpo que sale del cuello hacia abajo. Dos brazos, dos piernas. Se le olvidó la nariz.
"Píntate", le dijeron a otra niña de cinco años. Indígena, en contacto permanente con el entorno natural en el que vive, que sabe sembrar y recolectar.
Y dibujó varias caras distribuidas por el papel. Caras rodeadas de árboles verdes. Una lombriz. Un pájaro. Un río.
La niña de ciudad dijo: yo soy esta. La niña indígena dijo: yo estoy ahí dibujada entre todo lo demás.
..."