La conclusión sería pues que hay blogs que contribuyen más al extremismo, tan propenso a errores de bulto, que al equilibrio. Peligrosos, por tanto, cuando no directamente nocivos. Especialmente cuando lo que hace falta es debatir cuidadosamente cuestiones sensibles y no triviales.
Me atrevo a pedir vuestra ayuda:
¿Estaríais de acuerdo en que los blogs y los foros de debate pueden servir (también, aunque no sólo) para consolidar posturas extremas?