Los textos tiene la facultad de llevarnos a otros espacios, a otras instancias en las cuales confrontamos nuestras realidades con las realidades que subyacen en la estructura interna de cada proposición como insumo de nuevas comprensiones, y que sirven de puente hacia la configuración de un perfil de educador que pueda responder a las exigencias de un sistema educativo que forma (Grow G. 1996) "aprendices dependientes, resistentes" al proceso de enseñanza y aprendizaje. Una situación que debe movilizarnos hacia la ruptura paradigmática de antiguas concepciones de educación, que limitan nuestra creatividad y la consecuente postura pedagógica ante estudiantes multifacéticos, con individualidades marcadas y sus 'etapas' de aprendizaje.
Estamos en un proceso de cualificación profesional dentro de una perspectiva de educación mediada por TIC, y por lo tanto se espera que potenciemos la autonomía, el liderazgo, la toma de decisiones, la auto-regulación y auto-dirección del proceso personal de cada aprendiz… sin embargo, pareciera una utopía encontrar ese 'punto medio', ese lugar de equilibrio entre lo que hemos construido como perfil docente (o estilo según Grow G. 1996), y las mismas etapas que hacen parte del desarrollo cognitivo, social y moral de los estudiantes. Es decir, debemos tener la perspicacia que nos da la comprensión, de las realidades compartidas por los autores que se afanan por renovar y oxigenar las prácticas pedagógicas, y la habilidad para reorganizar el repertorio de estrategias que orquestamos en beneficio del quehacer educativo.
No hay una sola forma de enseñar, así como tampoco una sola forma de aprender. Tenemos la responsabilidad de facilitar espacios propicios para el aprendizaje (sincrónica, asincrónica) que además de fortalecer el sentido de responsabilidad académica, pueda también potenciar (Sherry et Al. 2001) el sentido de comunidad modelado a través de una cultura de apoyo y de respeto por el discurso del otro. Es decir, asumir un rol de educador que sepa entretejer las prácticas de participación, evaluación y moderación en la cuales se privilegie el dialogo, la comunicación y la interacción, a favor de un sujeto autónomo y capaz de auto-dirigir su aprendizaje de manera efectiva y permanente.
MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA
http://www.docentemas.cl/docs/MBE2008.pdf
Estamos en un proceso de cualificación profesional dentro de una perspectiva de educación mediada por TIC, y por lo tanto se espera que potenciemos la autonomía, el liderazgo, la toma de decisiones, la auto-regulación y auto-dirección del proceso personal de cada aprendiz… sin embargo, pareciera una utopía encontrar ese 'punto medio', ese lugar de equilibrio entre lo que hemos construido como perfil docente (o estilo según Grow G. 1996), y las mismas etapas que hacen parte del desarrollo cognitivo, social y moral de los estudiantes. Es decir, debemos tener la perspicacia que nos da la comprensión, de las realidades compartidas por los autores que se afanan por renovar y oxigenar las prácticas pedagógicas, y la habilidad para reorganizar el repertorio de estrategias que orquestamos en beneficio del quehacer educativo.
No hay una sola forma de enseñar, así como tampoco una sola forma de aprender. Tenemos la responsabilidad de facilitar espacios propicios para el aprendizaje (sincrónica, asincrónica) que además de fortalecer el sentido de responsabilidad académica, pueda también potenciar (Sherry et Al. 2001) el sentido de comunidad modelado a través de una cultura de apoyo y de respeto por el discurso del otro. Es decir, asumir un rol de educador que sepa entretejer las prácticas de participación, evaluación y moderación en la cuales se privilegie el dialogo, la comunicación y la interacción, a favor de un sujeto autónomo y capaz de auto-dirigir su aprendizaje de manera efectiva y permanente.
BUENA ENSEÑANZA, APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=123&id_articulo=1030
EL EXITO ESCOLAR
http://www.rieoei.org/rie31a01.htm
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