El exceso de sonido altera las condiciones normales en que viven las personas. Los decibelios son la unidad a través de la cual se mide la intensidad y potencia del sonido. Si sobrepasamos los niveles saludables del sonido podemos dañar el oído:
Entre 50 y 90 db el oído sufre una cierta perturbación.
De 90 a 130 db el daño será permanente e irreparable.
Más de 130 db además de dolor se podrá sufrir la pérdida súbita de la audición por la incapacidad de regeneración de sus células.