Este artículo recoge, además de una reflexión sobre cómo debería ser la educación en el siglo XXI, mi participación virtual en #MOOCafe.

La sobrecarga informativa o infoxicación es un aspecto del acceso a las tecnologías que empieza a ser preocupante. No es fácil discriminar entre toda la información que recibimos y esto lleva a pérdidas de tiempo e incluso, a veces a cierto desencanto ya que nos perdemos en un maremagnum de datos que no podemos gestionar.

En todos los artículos que he leído se menciona la importancia de los filtros y la clasificación correcta de la información. Es cierto que en nuestra actividad diaria es esencial eliminar directamente aquello que no nos interesa, analizar el resto para discriminar lo interesante, almacenar lo obtenido y procesar después la información de modo que nos sea de utilidad.

No obstante, y a pesar de que estoy de acuerdo con este procedimiento, que es el que trato de seguir de modo sistemático, también es cierto que en muchas ocasiones he descubierto sitios web excelentes para mi actividad docente realizando alguna búsqueda que al final termina llevándote de un lado a otro y que, si bien no concluye con lo que buscabas, puede ofrecerme una fuente de información esencial en el futuro. En ocasiones echo de menos tener un poco más de tiempo para surfear la red en busca de esas pequeñas joyas.

Igualmente estoy de acuerdo en el uso de Twitter y sus listas. Seleccionando a las personas que nos resultan de interés podemos descubrir cosas increíbles que podemos desarrollar más adelante.