Cómo gestionar la información sin morir en el intento.
Tendré que empezar diciendo que no tengo ni idea. Solamente soy un aprendiz (aunque llevo muchos años enREDdado, como ahora gusta decir…). Sin embargo, y dado que de lo que se trata es de compartir reflexiones y experiencias, me "tiro a la piscina" y ofrezco un par de ideas. Además, no pasa nada, no creo que sean muy leídas, habida cuenta del enorme abanico de integrantes de eduPLEmooc (creo que somos miles) que, en su mayoría, parecen auténticos expertos-as y que son a quienes realmente se sigue (con toda lógica). Creo firmemente que muchos de los problemas que puede generar un exceso de información aparecen debidos más a una dificultad por evitar la dispersión que a ninguna causa externa. Lo desarrollo: Idea número uno. Los elementos del carácter de cada uno, así como sus propias capacidades pueden contribuir, o no, a lograr mantener el foco sin perder de vista qué es lo que se persigue. Que eres organizado, persistente, responsable y, además, dispones de tiempo para ello, pues perfecto: serás eficiente y lograrás acometer la tarea aunque estés rodeado de mucha información de todo tipo. Que careces de alguna de esas virtudes, o dispones de tiempos limitados y escasos (porque también eres padre, marido, o tienes más responsabilidades a las que dedicar tu tiempo), pues cuidadín, el asunto se pone más dificilillo. Así, a lo largo de esta semana, yo mismo he sido durante varios días totalmente incapaz de escribir siquiera unas líneas al respecto; he navegado, twiteado, diigoado, netvibeado y leído tantas y tantas cosas interesantes, que me ha resultado imposible establecer ningún criterio. Es más, me han surgido dudas terribles: "¿pero yo qué hago con mis niños?", "¿pero cómo es posible que me crea que estoy trabajando las TIC con ellos si no sigo ninguno de estos caminos que ahora veo?"... Y, por no dejarme nada, os comento que aún más desasosiego me producía dejar de leer multitud de artículos que bombardearon mi cuenta de Twitter sabiendo lo interesantísimos que eran, sin duda alguna. Estaba "infoxicado". De verdad, lo dice Iñaki Oroz, en su blog¹ "Papeles de Inteligencia":
Síntomas de una "infoxicación" * Agobio o ahogo derivado de la cantidad de datos o informaciones * Parálisis por un volumen ingente de información * Desconcierto ante tanto contenido sobre un tema
En cambio, esta tarde (escribo al anochecer del jueves), de repente, he sido capaz de centrar la atención y me he dado cuenta de que lo que preciso es ser consciente del objetivo de mi tarea semanal: reflexionar acerca de cómo trabajo la competencia de gestión de información con mis niños-as. En ese preciso momento, ¡zas!, desapareció la "enfermedad". No necesité medicación, mi propio sistema inmunitario obró la curación (en su bonita acepción, claro, no en la de "curating"). Lo más divertido es que tuvo lugar mientras estaba en la pescadería. Charlar con la pescadera y con otros clientes tuvo un efecto estupendo: respiré realidad, humanidad, sencillez. Llegué a casa pensando en la realidad de mi clase, en las cualidades de mis niños-as y en algo sencillo: "¿qué hacer mañana?". Así, recuperé la lectura de cuatro buenos artículos y los dedos se fueron disparando sobre el teclado. Entre ellos, me encantó leer el elogio sobre la desconexión a Albert Sangrá en su blog² "Traspasando la línea".
Idea número dos. El exceso de información existe desde siempre. No podemos abarcar todo el "conocimiento humano", por más curiosos o ambiciosos que seamos. ¿Cuál es el problema, que ahora tenemos más fácil y directo el acceso a ella? Eso no supone una gran diferencia, salvo que nos comportemos como chiquillos-as con cinco euros en un kiosco y queramos "adquirirlo" todo… Es más, yo no tuve este problema hasta hace un par de semanas, cuando me lancé a seguiros en este curso que me está costando tanto. Todas las entradas superinteresantes que ahora conozco, todas las excelentes referencias de feeds, blogs, instituciones y personas relacionadas con la educación ya existían. Y no me provocaban desconcierto, ni agobio. Simplemente yo accedía a unas pocas, filtraba alguna y era capaz de obtener beneficios concretos para mi actividad. La gran diferencia está en la cantidad que ahora he intentado manejar. Se me fue de las manos; porque no quería "perderme" nada. Parece evidente que hay que ajustar las referencias, pero, sobre todo, es necesario poner al lado de la búsqueda del contenido la finalidad para la que lo queremos, una dosis de realidad y de humanidad. ¿Para qué y para quiénes?
No renuncio, no obstante, a la posibilidad de organizarme mejor. Para ello me está sirviendo el curso. En cuanto practique un poco más las aplicaciones que me recomendáis, es posible que abra el foco y enriquezca mi plan de aprendizaje.