Los seres vivos denominados homeotermos tienen la
capacidad de mantener una temperatura corporal estable por medio de
mecanismos que regulan las pérdidas y la producción
de calor. En esto consiste la termorregulación. La
estabilidad de la temperatura corporal es expresión de un
equilibrio entre la producción de calor y la perdida de calor.
Si el recién nacido, y especialmente el prematuro, tiene mayor
facilidad para enfriarse que en etapas posteriores de la vida, esto
tiene que explicarse ya sea porque tiene mayores perdidas de calor
o menor capacidad de aumentar la producción de calor en
ambientes fríos o una combinación de ambas cosas.