Si el conocimiento no se comparte se niega la posibilidad de su transmisión y,
por consiguiente, de la educación misma. No negamos la la convivencia
informática de herramientas propietarias y libres. Es más, es preciso apostar
por ella porque combinadas alcanzan un mayor afrontamiento informático de la
realidad; solucionando y rentabilizando los productos ya adquiridos.
Cuando un profesor enseña a sus alumnos con una aplicación propietaria se
coloca en una auténtica encrucijada, porque esto obliga al alumno a comprar el
software o a copiarlo ilegalmente. Ahora bien, si el profesor no le deja copiar
el programa está negando su ayuda y si lo deja copiar está enseñando al alumno
que se puede violar la ley cuando ésta no nos gusta o va contra nuestro propio
interés