Centrarse en que los conocimientos que los alumnos deben acumular o en lo que tienen que saber hacer con esos conocimientos. Este debate sigue abierto entre los profesionales de la educación, pero estamentos internacionales como la OCDE, el Consejo de Europa o la UE se han decantado por la segunda, y trabajan desde hace años en las competencias básicas. Esto es, lo que una persona, al terminar la educación obligatoria a los 16 años, tiene que saber hacer, utilizando sus conocimientos y habilidades, para manejarse en la vida.
Como veremos a lo largo de este artículo, este nuevo panorama genera un contexto idóneo para el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la educación superior, herramientas clave en el desarrollo de estas nuevas competencias.
A pesar de esta fuerte evolución de las TIC, no parece que las prácticas docentes dominantes en las aulas hayan cambiado de forma notoria
Existe un desfase entre la potencialidad de las TIC incorporadas en las aulas y la escasa renovación de los procesos pedagógicos
El portafolio, metodología de evaluación y aprendizaje de cara al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior. Una experiencia práctica en la Universidad de Sevilla. Raquel Barragán