—Señor, yo sé por cierto de
cómo el duque de La Rocha pensando en la desonra que le fizo doña Oliva, que quiere
desanparar todo quanto ha en vuestra tierra y irse en otras [*] tierras. Y, señor, todos
sabemos en cómo el duque es muy buen cavallero y de grand poder, que de vos a fuera [164] no hay mejor que él en todo
vuestro señorío.[165] E
tenía yo por buen consejo que hablásemos con él y que en todas maneras en como quede en
vuestra tierra. Y vos, señor, sabéis que yo tengo una hija que dizen Aldigón, que más
hermosa que ella no se halla, si la vuestra merced fuere de fablar con el duque que
casasse con esta mi hija, yo le [*]
daré veinte azémilas [166]
bien cargadas de oro y de plata, la meitad [167] de oro y la meitad de plata; y
vos, señor, tened por bien de tomar a Flandes y a Florencia que le havíades [*] primero dado en casamiento.