Las fuentes de contaminación atmosférica de origen natural son los incendios forestales las tolvaneras o las erupciones volcánicas. Pero las que nosotros nos interesa conocer son las de origen artificial, también llamadas antropogénicas, es decir, derivadas de las actividades humanas. Actualmente, estas fuentes de contaminación antropogénicas se han clasificado según las unidades emisoras de sustancias toxicas. El consumo de combustible fósil para generar energía eléctrica, calor en procesos productivos que lo requieran o movimiento mecánico de las instalaciones industriales o del parque vehicular.
En 1986 la SEDUE estimaba de las emisiones anuales de sustancias contaminantes en el país eran superiores a los 16 millones de toneladas de las cuales un 65% tenían su origen en el parque vehicular y el restante 35% provenía de la industria.
AGUA
Estamos acostumbrados a oír que el agua es el recurso vital por excelencia, pero lo es no solo de la vida de las especies animales y vegetales, sino también para la industria. En el multicitado informe, la SEDUE nos dice que las practicas asociadas al manejo y disposición de la aguas residuales, han traído consigo diversos efectos. En ocasiones se ha afectado la calidad de este recurso, provocando ciertos desequilibrios ecológicos que amenazan la existencia de gran cantidad de especies de flora y fauna acuática en ríos, lagunas, esteros y zonas costeras, pero también han causado efectos negativos de naturaleza económica.
La devolución del agua utilizada, que lleva consigo sustancias toxicas, han disminuido la disponibilidad de utilización de agua de buena calidad que se encuentra en la superficie (lagunas, ríos, etc.).
Esto ha provocado que se realice una mayor explotación de los mantos acuíferos subterráneos y que se tengan que traer nuevas cantidades de agua de fuentes cada vez más distantes y lejanas de las ciudades y centro de desarrollo industrial.
Por otro lado, cuando la escasez del liquido implica la instalación de plantas procesadoras que permitan la reutilización, reciclándola a través complejos y costosos sistemas de purificación y potabilización, en el resultado es similar al caso anterior, es decir, los costos para su obtención aumentan considerablemente.
Las fuentes de contaminación atmosférica de origen natural son los incendios forestales las tolvaneras o las erupciones volcánicas. Pero las que nosotros nos interesa conocer son las de origen artificial, también llamadas antropogénicas, es decir, derivadas de las actividades humanas. Actualmente, estas fuentes de contaminación antropogénicas se han clasificado según las unidades emisoras de sustancias toxicas. El consumo de combustible fósil para generar energía eléctrica, calor en procesos productivos que lo requieran o movimiento mecánico de las instalaciones industriales o del parque vehicular.
En 1986 la SEDUE estimaba de las emisiones anuales de sustancias contaminantes en el país eran superiores a los 16 millones de toneladas de las cuales un 65% tenían su origen en el parque vehicular y el restante 35% provenía de la industria.
AGUA
Estamos acostumbrados a oír que el agua es el recurso vital por excelencia, pero lo es no solo de la vida de las especies animales y vegetales, sino también para la industria.
En el multicitado informe, la SEDUE nos dice que las practicas asociadas al manejo y disposición de la aguas residuales, han traído consigo diversos efectos. En ocasiones se ha afectado la calidad de este recurso, provocando ciertos desequilibrios ecológicos que amenazan la existencia de gran cantidad de especies de flora y fauna acuática en ríos, lagunas, esteros y zonas costeras, pero también han causado efectos negativos de naturaleza económica.
La devolución del agua utilizada, que lleva consigo sustancias toxicas, han disminuido la disponibilidad de utilización de agua de buena calidad que se encuentra en la superficie (lagunas, ríos, etc.).
Esto ha provocado que se realice una mayor explotación de los mantos acuíferos subterráneos y que se tengan que traer nuevas cantidades de agua de fuentes cada vez más distantes y lejanas de las ciudades y centro de desarrollo industrial.
Por otro lado, cuando la escasez del liquido implica la instalación de plantas procesadoras que permitan la reutilización, reciclándola a través complejos y costosos sistemas de purificación y potabilización, en el resultado es similar al caso anterior, es decir, los costos para su obtención aumentan considerablemente.
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