En el aula, de forma mayoritaria, el alumnado permanece pasivo, escuchando al profesor y tomando apuntes. Sin embargo, cuando ese mismo alumnado está en su casa “haciendo los deberes” está activo: piensa, razona, consulta, toma decisiones, aplica, practica y aporta soluciones a determinados problemas. Es evidente que para que se produzca aprendizaje es necesario tomar lecciones y hacer deberes.