Uno de los síntomas más fuertes de la crisis del ciclo neoliberal se develó el 26 de junio del 2002, cuatro días antes de la elección presidencial, el entonces embajador de EEUU en Bolivia, Rocha, lanzó una amenaza en el Chapare, con Tuto Quiroga al lado (Tuto entonces presidente de Bolivia) advirtiendo que el mercado del gas a California estaba abierto a una Bolivia que salga del circuito coca-cocaína. En una clara intromisión, el entonces embajador norteamericano en Bolivia pedía que los bolivianos abrieran los ojos, pensaran en sus hijos y nietos y no votaran por Evo Morales, pero como sucede en estos casos el efecto fue un bumerang.