Empecemos por disminuir el uso inadecuado de la cámara web (particularmente recomiendo eliminarla, porque no limita el desarrollo del menor en ningún caso y trae problemas en momentos de engaño o “calentón”). Por supuesto, ni un niños con el ordenador en su habitación y con cámara web. De paso, limitemos la conexión a cantidades y momentos razonables. Es también una cuestión de probabilidad.
Dejemos claro al menor que al más mínimo problema debe solicitar nuestra ayuda. No le vamos a abron