El balón es el símbolo obligado del encumbramiento de Brasil como superpotencia. Su brillante tradición deportiva obliga a evaluar en términos futbolísticos sus crecientes éxitos económicos y diplomáticos. Así lo ha hecho el ministro de Exteriores, Celso Amorim, a la hora de calificar el acuerdo obtenido por su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, junto al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y al presidente Mahmud Ahmadinejad, sobre el programa iraní de enriquecimiento de uranio: "Brasil sólo ha colocado la pelota en el área".
Según publicó la prensa paulista, el presidente Obama envió una carta a sus pares de Brasil y Turquía en la que apoyaba un acuerdo similar al alcanzado hace diez días en Teherán. La Casa Blanca insiste con más sanciones.
DOMINIQUE PLIHON, de ATTACT, dice que detrás de la crisis están la dominación de las finanzas y la especulación por encima de los Estados, la pérdida del poder político frente al financiero, la degradación consiguiente de la democracia, los déficit y la pobreza.
S&P dice que la banca, "además de a las débiles perspectivas de la economía, se enfrenta a la excesiva concentración de riesgos en construcción y al sobredimensionamiento" del sector inmobiliario.
En China, el diseñador Chen Jianjun creó una alternativa complementaria a las altísimas velocidades que alcanzan los trenes modernos, los que deben detenerse en cada parada para tomar y dejar pasajeros, lo que hace perder tiempo y energía al sistema, debido a las frenadas y cambios de rapidez.