"Francisco Ferrer Guardia (en catalán: Francesc Ferrer i Guàrdia; Alella, 14 de enero 18591 - Barcelona, 13 de octubre 1909) fue un famoso pedagogo libertario español. Fue condenado a muerte por un consejo de guerra que lo acusó de haber sido uno de los instigadores de los sucesos de la Semana Trágica de Cataluña de julio de 1909. Su condena a muerte y su posterior ejecución levantaron una oleada de protestas por toda Europa y por América, y también en España que acabaron provocando la caída del gobierno de Maura"
Trabajando principalmente entre los pobres que no sabían leer ni escribir, Freire empezó a adoptar un método no ortodoxo de lo que puede ser considerado una variación de la teología de la liberación
1962 tuvo la primera oportunidad de aplicar de manera significativa sus teorías, cuando se les enseñó a leer y escribir a 300 trabajadores de plantíos de caña de azúcar en tan solo 45 días. En respuesta a estos buenos resultados, el gobierno brasileño aprobó la creación de miles de círculos culturales en todo el país.
Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos
Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
Enseñar exige saber escuchar
El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación.
Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.
La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.
Observó a los niños de una institución para niños “ineducables” jugando con las migajas de la comida, porque no había ningún objeto más en el sitio. Vio que no se las comían, sino que las manipulaban y se dio cuenta de que lo que les hacía falta eran objetivos para tocar, que el ser humano tiene necesidad de actividad, de realidad, de cultivar su inteligencia y personalidades.
pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi (1746- 1827). Pestalozzi hacía énfasis en la preparación del maestro, que primero debe lograr un cambio en su persona y debe tener amor a su trabajo
Freire defiende la capacidad de los estudiantes a pensar críticamente acerca de su situación educativa; esta forma de pensar que les permite "reconocer las conexiones entre sus problemas individuales, las experiencias y el contexto social en el que están inmersos
iclo de teoría, aplicación, evaluación, reflexión, y de nuevo a la teoría
Así, Giroux plantea que la enseñanza de las ciencias sociales refleja un malentendido pedagógico por parte de los educadores, dado que los estudiantes reciben una exposición sistemática de temas y acontecimientos seleccionados de la historia y la cultura humanas,[3] lo cual no los aleja de la percepción conductista de estudiante como tabula rasa o vasija vacía. Es a esta pedagogía alienante a la que Paulo Freire también le hace una serie de críticas y la cataloga como la “Pedagogía de la percepción sin tacha”,