Los materiales didácticos universitarios tienen que formar verdaderos paquetes didácticos integrados por
audio, vídeo, diapositivas, textos y software. Estos materiales deben ser diseñados para un doble uso:
tanto los estudiantes presenciales, como aquellos que no pueden estar físicamente presentes, conseguirán
el acceso al aprendizaje a través de una variedad de medios y con la posibilidad de clases tutoriales y
entrevistas personales (Lewis, 1988)