La ‘sociedad del
conocimiento’ no está solamente caracterizada por la ampliación
del conocimiento verificado sino también por el creciente conocimiento
del no-conocimiento y las incertidumbres y las inseguridades producidas
por ello. El conocimiento en general y más específicamente
el conocimiento de los expertos son sometidos a un proceso de reflexión
y revisión continua, y de esta forma las reglas y las suposiciones
de la sociedad se ponen cada vez más a menudo en cuestión.
Las ‘sociedades del conocimiento’ se distinguen por poner a disposición
de cada vez más actores nuevas y más amplias opciones de
acción, y al mismo tiempo por la creciente puesta en duda de las
estructuras de acción generalizadas y homogeneizadas.
En una ‘sociedad
del conocimiento’ se erosionan las estructuras reguladoras de forma más
rápida y este tipo de sociedad está caracterizada por el
desarrollo de nuevas reglas. Por lo tanto, las ‘sociedades del conocimiento’
ganan en estabilidad, pero también en inseguridad y fragilidad.
En las ‘sociedades del conocimiento’ no se constituyen necesariamente unidades
sociales e intelectuales homogéneas, sino que ellas son caracterizadas
por la existencia paralela o conjunto de diferentes formas de organización
y pensamiento social.
Una ‘sociedad del
conocimiento’ no es necesariamente más igualitaria que la ‘sociedad
industrial’. Teniendo en cuenta, que la ‘sociedad del conocimiento’ sigue
estando, según los diversos analistas, dominada por los principios
básicos del capitalismo, se prevé que se seguirán
reproduciéndose las desigualdades sociales y se producirán
nuevas desigualdades. Por lo tanto, sería más conveniente
hablar de un ‘capitalismo de conocimiento’ o ‘economía del conocimiento’,
teniendo en cuenta que los principios básicos de las sociedades
avanzadas siguen siendo la acumulación de capital y que se pretende
someter la generación y el uso del conocimiento a las reglas del
mercado.