"Pensad en vuestra naturaleza: No fuisteis hechos para vivir como los brutos, sino para alcanzar virtud y conocimiento" (Dante Alighieri, Infierno XXVI)
El deseo de conocimiento es un deseo natural en el ser humano, decía Dante siguiendo a su admirado Aristóteles. Sólo a través del conocimiento -entendido no únicamente en términos académicos- el ser humano puede actualizar todas sus potencialidades y practicar la virtud en la búsqueda de la felicidad individual y social.