Se llaman muertes naturales a todas aquellas en las que no existe ningún agente o situación externa que las provoque. En ellas se encuadran todas las muertes causadas por cualquier tipo de proceso patológico que podamos imaginar: infarto de miocardio, hemorragia cerebral espontánea, insuficiencia respiratoria, renal o hepática, oclusión intestinal, leucemia, etc…. Las causadas por infecciones también son muertes naturales aunque en su desencadenamiento intervienen, en la mayoría de ocasiones, agentes que vienen del exterior; son, digamos, agentes inocentes a los que no se puede acusar por haber provocado la muerte.Frente a las muertes naturales, encontramos las muertes violentas, que son las debidas a la acción de algún o algunos agentes externos. En este grupo existen tres posibles orígenes en el desencadenamiento de la acción del agente externo, que dan lugar a las tres posibles calificaciones: homicidio, suicidio y accidente.