SONIDO, VIDA Y RUIDO SIGNIFICADO Y ALCANCE DE UN VÍNCULO IRREDUCTIBLE. El ruido es una materia de estudio multidisciplinar que aborda diferentes áreas de estudio fijando bajo su límite, métodos y expresiones propias de las ciencias de la naturaleza y en términos de DILTHEY Y DURKHAM las del espíritu 2 hoy más conocidas como ciencias. sociales. Supone su estudio un enfoque integral del conocimiento que ha de partir del significado que tiene el ruido en el devenir vital de la sociedad, que precisa para interactuar del propio ruido como expresión directa de la comunicación. Así pues, la problemática del ruido puede ser abordada desde múltiples puntos de vista y enfoques diferentes: desde el punto de vista fisiológico, como la sensación producida en el oído por determinadas oscilaciones de la presión exterior, 2 DURKHEIM, É.: Las reglas del método sociológico, Ed. Colección Akal Universitaria, Madrid. 1985, pág 32. En la actualidad la terminología usual es ciencias sociales, sin embrago prefiero por delicadamente significativa la expresión de ciencias del espíritu ( Geisteswissenschaften ). Para mayor abundamiento se recomienda la lectura de
Einleitung in die Geisteswissenschaften . de Wilhelm DILTHEY: Gesammelte Schriften. Band 1, Leipzig u.a. 1914.
desde la óptica de la física como el fenómeno sonoro formado por vibraciones irregulares en frecuencia y amplitud, etc. Pero de todas las posibles visiones, la que nos interesa en mayor grado es la jurídico-social. De entre las múltiples definiciones de ruido, se prefiere por sencilla y comprensible la de Karl D. KRYTER como "la energía acústica audible que afecta de manera adversa al bienestar fisiológico- psicológico de las personas" 3 .El Derecho como sistema normativo e institucional regulador de la convivencia social se preocupa de esta materia cuando establece los limites y sanciona los efectos, preocupado en cómo la sociedad y cada ser humano en particular, lidia con el fenómeno de la contaminación acústica. Al ser producido inherentemente por la actividad humana e incluso por la naturaleza, el ruido forma parte de la vida del hombre, aunque sólo desde hace aproximadamente dos siglos comienza a perci bir se como un gr ave pr oblema. Datan de las civilizaciones griega y romana los primeros documentos que se refieren a las molestias causadas por animales transportes y personas en el normal funcionamiento de la urbe. Así en la ciudad griega de Síbaris, s. VI a.C., esta ba pr ohibido cuidar gallos que per turbar an el descanso noctur no de los ciudadanos, merece también destacar que en el mismo sentido los artesanos que e jercían of icios es pecialmente r uidosos debían tr a bajar fuer a de la ciudad. En el derecho romano aparecen igualmente menciones expresas que limitan el ruido , así como medidas como la dictada por el emperador Julio CÉSAR que afectaba a la cir culación de carruajes en Roma a determinadas hor as del día debido a las molestias que causa ba el ruido que producía el tr ánsito por las calzadas empedr adas. Sin duda destacable es la conocida epístola LVI a LUCILIO en la que SÉNECA se queja expresamente del ruido y sus efectos negativos envidiando a sus conciudadanos "que pueden entregarse a la dulce vagancia" mientras él no puede gozar del sueño por "las risotadas de la turba transeúnte" 4 . Salvando el periodo medieval que inspirado en el derecho romano dicta normas para los oficios y los ruidos vecinales dentro del espacio amurallado de las ciudades, y dando un paso de gigante, es realmente con la revolución industrial cuando la sociedad toma verdaderamente conciencia de la problemática de la generación de ruidos. Con el desarrollo urbano e industrial, desde el siglo XIX se pone en serio compromiso la calidad de vida de la ciudadanía, demasiado a menudo sacrificada en aras del progreso.
El ruido es una materia de estudio multidisciplinar que aborda diferentes áreas de estudio fijando bajo su límite, métodos y expresiones propias de las ciencias de la naturaleza y en términos de DILTHEY Y DURKHAM las del espíritu
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hoy más conocidas como ciencias. sociales. Supone su estudio un enfoque integral del conocimiento que ha de partir del significado que tiene el ruido en el devenir vital de la sociedad, que precisa para interactuar del propio ruido como expresión directa de la comunicación. Así pues, la problemática del ruido puede ser abordada desde múltiples puntos de vista y enfoques diferentes: desde el punto de vista fisiológico, como la sensación producida en el oído por determinadas oscilaciones de la presión exterior,
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DURKHEIM, É.:
Las reglas del método sociológico,
Ed. Colección Akal Universitaria, Madrid. 1985, pág 32. En la actualidad la terminología usual es ciencias sociales, sin embrago prefiero por delicadamente significativa la expresión de ciencias del espíritu (
Geisteswissenschaften
). Para mayor abundamiento se recomienda la lectura de
Einleitung in die Geisteswissenschaften
. de Wilhelm DILTHEY: Gesammelte Schriften. Band 1, Leipzig u.a. 1914.
desde la óptica de la física como el fenómeno sonoro formado por vibraciones irregulares en frecuencia y amplitud, etc. Pero de todas las posibles visiones, la que nos interesa en mayor grado es la jurídico-social. De entre las múltiples definiciones de ruido, se prefiere por sencilla y comprensible la de Karl D. KRYTER como
"la energía acústica audible que afecta de manera adversa al
bienestar fisiológico-
psicológico de las personas"
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.El Derecho como sistema normativo e institucional regulador de la convivencia social se preocupa de esta materia cuando establece los limites y sanciona los efectos, preocupado en cómo la sociedad y cada ser humano en particular, lidia con el fenómeno de la contaminación acústica. Al ser producido inherentemente por la actividad humana e incluso por la naturaleza, el ruido forma parte de la vida del hombre, aunque sólo desde hace aproximadamente dos siglos comienza a perci bir se como un gr ave pr oblema. Datan de las civilizaciones griega y romana los primeros documentos que se refieren a las molestias causadas por animales transportes y personas en el normal funcionamiento de la
urbe.
Así en la ciudad griega de Síbaris, s. VI a.C., esta ba pr ohibido cuidar gallos que per turbar an el descanso noctur no de los ciudadanos, merece también destacar que en el mismo sentido los artesanos que e jercían of icios es pecialmente r uidosos debían tr a bajar fuer a de la ciudad. En el derecho romano aparecen igualmente menciones expresas que limitan el ruido , así como medidas como la dictada por el emperador Julio CÉSAR que afectaba a la cir culación de carruajes en Roma a determinadas hor as del día debido a las molestias que causa ba el ruido que producía el tr ánsito por las calzadas empedr adas. Sin duda destacable es la conocida epístola LVI a LUCILIO en la que SÉNECA se queja expresamente del ruido y sus efectos negativos envidiando a sus conciudadanos
"que pueden
entregarse
a la dulce vagancia" mientras él no puede gozar del sueño por "las risotadas de la turba transeúnte"
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. Salvando el periodo medieval que inspirado en el derecho romano dicta normas para los oficios y los ruidos vecinales dentro del espacio amurallado de las ciudades, y dando un paso de gigante, es realmente con la revolución industrial cuando la sociedad toma verdaderamente conciencia de la problemática de la generación de ruidos. Con el desarrollo urbano e industrial, desde el siglo XIX se pone en serio compromiso la calidad de vida de la ciudadanía, demasiado a menudo sacrificada en aras del progreso.