Este paradigma es una revolución en materia educativa, ya que pone en práctica (en forma transversal) valores actitudinales muy importantes para la convivencia humana, como lo son ser responsables por el aprendizaje de otros, el trabajar en equipo, el compartir el conocimiento propio con el prójimo, en contraposición con “tengo que saber más que el otro”, por aquello de la competitividad, y lo que sé me lo reservo egoístamente para mi único beneficio personal.