Los problemas técnicos y la mala gestión en redes de la polémica han ocasionado que la campaña de este año quede marcada por una crisis de reputación en redes que ha terminado saltando a grandes medios de comunicación como Expansión, El mundo, El Economista o La Vanguardia y que, con una eficaz monitorización y una respuesta adecuada e inmediata, se podría haber solventado con mayor fortuna para la Agencia Tributaria y para todos los contribuyentes.