Diario EL PAIS - Montevideo - Uruguay - 5 views
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Una vez finalizada la conversación y después de colgar y guardar el teléfono, la mente queda colgada en lo dicho y necesita un cierto tiempo para devolver su atención al tránsito.
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En el primer minuto y medio de conversación por celular (inclusive cuando se utiliza el sistema "manos libres") la atención se centra en la conversación. Pero pasado ese tiempo el conductor deja de percibir el 40% de las señales de tránsito, su velocidad disminuye en un 12% y tarda más tiempo en reaccionar frente a un imprevisto, según investigaciones de la Universidad de Valencia, España. "A mi me ha pasado de ir con el manos libres y llegar a mi casa como los caballos, sin recordar cómo lo hice", confiesa Rimoldi para ejemplificar.
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Si a la charla de celular se le suma una pitada al cigarrillo, la ingesta de mate o la sintonización de la radio, se estarán multiplicando los riesgos de sufrir un accidente.
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Las investigaciones incluidas en el manual que edita Efa Rimoldi hablan de cuatro momentos críticos (o peligrosos) cuando se usa un celular y se conduce a la vez: Cuando se recibe una llamada, debido a que el sonido del teléfono sorprende al conductor y lo empuja a buscar el aparato donde sea. Esos segundos de búsqueda y la consiguiente distracción pueden resultar fatales. Por eso se sugiere apagarlo o silenciarlo al subir al coche. Cuando se marca un número o se envía un mensaje. Usualmente el tiempo de discado es de entre 5 y 10 segundos, mientras que digitar un texto insume aún más. Durante ese período no se controla correctamente el vehículo.
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A esos cuatro momentos peligrosos hay que sumarle otros riesgos implícitos en el uso de estos aparatos mientras se maneja: los problemas de maniobrabilidad debido a que el teléfono se sostiene con la mano o el hombro, la dificultad para mantener una velocidad adecuada y constante (lo que puede provocar variaciones bruscas); y la desorientación y pérdida de la noción del tiempo, situación que puede inducir a realizar maniobras peligrosas.