Los sistemas de comunicación que utilizan como medio de transmisión
una fibra óptica se basan en inyectar en un extremo de la misma la
señal a transmitir (previamente la señal eléctrica procedente del
emisor se ha convertido en óptica mediante un LED o Láser y ha
modulado una portadora) que llega al extremo receptor,
atenuada y, probablemente con alguna distorsión debido a la
dispersión cromática propia de la fibra, donde se recibe en un foto
detector, es decodificada y convertida en eléctrica para su lectura
por el receptor.