El concepto de concesión es importante, ya que los clientes DHCP no suelen
disponer de una dirección permanente: obtienen una concesión de duración
limitada. Cuando se alcanza el límite de tiempo de la conexión, es preciso
volver a negociarla. Este enfoque asegura que las direcciones no utilizadas no
queden bloqueadas y puedan concederse a otros clientes.