Menos mal que ya no se leen las etiquetas del champoo... afortunadamente gracias a los dispositivos móviles podemos hacer algo más productivo como leer el periódico en ellos, consultar información en la red, leer un libro que tenemos descargado, adelantar notas.... en fin, otra mentira de este señor
Ni que la etiqueta del champoo no tenga publicidad, ni el períódico o la revista tradicionales.... este señor no sabe de lo que habla....
¿Y qué pasa con nuestra relación con los demás? Ese succionador de atención en que se ha convertido el smartphone está afectando a nuestra actividad social y familiar.
Vuelvo a lo mismo, es todo socialización. Los problemas familiares se crean cuando uno no tiene claras sus prioridades, por lo cual no hay que echarle la culpa al aparato....
Y no es que los hombres no tengamos un problema de atención con las pantallas, que lo tenemos, sobre todo si hay fútbol, es que la pantalla que llevamos en el bolsillo sirve para todo: trabajar, hacer un puzzle, jugar a la consola o mirar twitter.
Sexismo... genial: como a las mujeres no nos gusta el futbol ni trabajamos... ¿solo los hombres (y todo el colectivo) acaso son lo únicos que tienen problemas de percepción?
Las redes sociales en combinación con el móvil son un auténtico peligro. En mi afán por ser un mejor padre y marido, decidí hacer un experimento: borrar mi cuenta de facebook y de twitter (750 followers ganados con el sudor de mis pulgares) para tener más atención disponible para mi familia. Y también, no lo niego, para ver el impacto que causaba en mis contactos.
Realmente este hombre ya se ve qué tipo de prioridades tenía.... las redes sociales no están para ver quién tiene más seguidores y creerse algo... están para compartir, para ser uno más y contribuir a la inteligencia colectiva.
La cuestión del impacto resultó ser una cura de humildad. Nadie se percató de mi desaparación. Hicieron falta tres semanas para que alguien de 101 me preguntase por mi usuario de twitter. Y era por trabajo, no porque me echara de menos. De mi facebook solo mi hermano, que vive en Dallas, me preguntó, un mes y medio después.
Una buena lección de su realidad. Seguramente la información que compartiría en las redes sociales no fuera nada relevante, ya que nadie hechó de menos a la fuente... se nota que esta persona no debió hacer una buena labor de content curator, porque a los buenos de tu PLN les hechas de menos en tu aprendizaje diario en tu PLE
Y la cuestión de la atención familiar resultó ser un desastre. Sustituí Facebook y Twitter por el Apalabrados y el Whatsapp, que al fin y al cabo, es una red social que incluye solo a los más cercanos.
Lo cual demuestra que este hombre no tiene un problema con las redes sociales, sino que el problema parte de sí mismo.
Si no enseñamos a nuestros chicos a estar solos, solo sabrán sentirse solos. Y los smartphones no están ayudando a eso, si no aprendemos a medir y controlar su uso.
Este punto es fundamental, pero no hay que echarle la culpa a los aparatos... como decía anteriormente, es algo que parte de uno mismo, luego esa misma persona decide dónde focalizar sus frustraciones, pero los pobres dondes no tienen la culpa.