Los docentes estamos continuamente inmersos en la comunicación en múltiples niveles. Los
mensajes no verbales nos envuelven. Es fundamental tomar conciencia de la relevancia y complejidad
que tiene la comunicación, cuando estamos en presencia de un grupo al que queremos enseñar
algo. Debemos preocuparnos por mejorar nuestra competencia comunicativa. Ello implica tomar
conciencia de nuestro propio "estilo comunicativo" e incrementar nuestra consciencia y control
sobre lo que estamos trasmitiendo. También es importante entrenarnos para comprender mejor el
significado de los mensajes que recibimos. Y para ser más eficaces en nuestras transmisiones, en
función de los objetivos educativos que perseguimos.
Para lograrlo, los profesores debemos preocuparnos por obtener un feed-back adecuado sobre
nuestro estilo de comunicación, tanto en el ámbito verbal como no verbal. Éste lo podemos obtener
a través de distintas vías: grabando nuestra clase y analizándola, abriendo la puerta a la observación
de las clases por algunos compañeros, estando atento a las reacciones que nuestras intervenciones
provocan en el alumnado, escuchando las opiniones de éste, etc.