La filosofía es la de no cuestionar ni metodologías ni formas de trabajo, simplemente ofreceros herramientas que os faciliten la tarea del día a día y que cubran vuestras necesidades concretas de cada momento. Decide a partir de ahí, cómo configurarlos, cual es su objetivo pedagógico y por qué, cómo, cuándo, y dónde trabajar con ellos.