Desde Sófocles a nuestros días han pasado muchísimos siglos, pero Edipo no ha dejado de despertar la conmiseración de quienes lo reconocen como paradigma de la fragilidad del ser humano y de la imposibilidad de resistirse al destino, y únicamente el talento de Les Luthiers, casualmente en escena estos días en Madrid, es capaz de despertar alguna sonrisa ante la tremenda historia del niño al que atravesaron los pies para conducirlo a la muerte