Cuando comencé la carrera de maestra y empezamos con los trabajos sobre los diferentes temas educativos, nos mandaban buscar información, recursos y un largo etcétera en Internet. Yo, entre mis compañeras (y sí, no digo compañeros porque en clase éramos mayoría de alumnas, y como bien decía uno de mis profesores, la mayoría gana, así que en femenino) así bien, nosotras buscábamos todo lo que necesitábamos en ese poco conocido mundo de Internet. En ese momento el boom eran las "nuevas" tecnologías de la información y la comunicación, y pongo "nuevas" entrecomillado, porque realmente todo el profesorado había enloquecido con el hecho de que en sus clases se trabajase una metodología más novedosa, actualizada y mediatizada. De hecho, una de las asignaturas llevaba ese nombre. Pero bueno, basta de introducciones… ¡al tema!

Había tanta información en la red… había tantos recursos que, desde que escribías el objeto de tu trabajo en Google y pinchabas en una de las primeras opciones que aparecía, hasta que despegabas los ojos de la pantalla (pues se te había olvidado parpadear) te dabas cuenta que tenías abiertas 47 páginas diferentes, con recursos, herramientas o información, que quizá en ese momento no te servían para tu "objeto de trabajo" pero que en el futuro te serviría para otros , para asignaturas o para el aula, ¿quién sabe, no?

Llegó un momento, en que tenía tantas pestañas abiertas, que ya no sabía qué hacer. Bloqueada. Esa es la palabra. Toda la tarde navegando a la deriva, literalmente. Tenía tal sobrecarga informativa mediante imágenes atrayentes de las diversas webs, los coloridos titulares de los diferentes artículos, algunos videos cargándose en YouTube de programas sobre educación o entrevistas a profesores de didáctica conocidos qué, no supe cómo gestionarlo.

Ahora que estoy reflexionando sobre ello, mi profesor de esa asignatura, cómo él decía, la mal designada "Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación" y más conocida como "la del pirao de nuevas" me doy cuenta de cuanta falta me hizo en ese momento que él me hubiese enseñado algo tan simple como a desarrollar la capacidad para gestionar esa sobrecarga informativa y ampliar así mi competencia digital (y no tanta recensión de libros que ni recuerdo), que por aquel entonces era bastante limitada.

Así, reflexionando, me doy cuenta entonces, de la relevancia que tienen servicios web como Netvibes o Symbaloo, que te ayudan a gestionar de manera organizada, con pestañas y por temáticas toda esa información que encuentras mientras navegas, pero esta vez, con conocimiento de causa, y sabiendo tramitar la información para no sufrir un colapso mental y deshidratación ocular. Sobre su efectividad lo iré comprobando porque soy nueva en el servicio gracias al curso eduPLEmooc, pero hasta ahora me había apañado con un buen sistema de carpetas con enlaces que permite Google Chrome, así que, visto que muxha gente lo usa, no estará tan mal.

Texto 1:
http://ssociologos.com/2013/11/03/umberto-eco-el-exceso-de-informacion-es-malo/

El escritor italiano Umberto Eco sostuvo en una entrevista a una publicación brasileña que se debería crear una teoría de la filtración, un curso práctico.

Texto 2:
http://campus.usal.es/~teoriaeducacion/rev_numero_07/n7_art_mjhs_y_mgs.htm

Artículo de MJ Hernández y M. Gonzalez sobre La revolución cognitiva en la sociedad actual: nuevos retos educativos, de la Universidad de Salamanca.

Artículo del Dr. Pere Marquès Graells, Departamento de Pedagogía aplicada, en la Facultad de Educación de la UAB: La cultura de la sociedad de la información. Aportaciones de las TIC.

Soy maestra de Educación Infantil, Monitora de Ocio y Tiempo Libre y tengo un máster en Artes visuales aplicadas a la Educación, lo que me permite darle un toque artístico y lúdico a mi forma de enseñar. Aprendiendo continuamente, ahora centrada en el italiano y las TICs en el aula.